Primero creyo que yo lo habia llamado y seguirá creyéndolo porque sigue creyendo que la edad hace la madurez y que la inmadurez me haría buscarlo, además de ese fuerte deseo de decir que era alguien. La manera como me susurraba entre tragos, y los secretos que se habían escapado entre la gente me decían que no era así, pero asi lo quiso.
Mientras nos dejabamos llevar con total control de las situaciones, más se racionalizaba, dandóse cuenta que esto no iba a ninguna parte, a pesar que era todo. Era todo porque nos vimos, tal y como nos habiamos soñado, aunque yo nunca había siquiera ideado tal manera de defenderse a sí mismo. Nunca creí que fuera a correr y mucho menos tan lejos y tan drasticamente de algo tan súblime.
Me pidió que me fuera con él, que olvidará todo por unos instantes. No negaré que lo pensé más de tres veces, pero no era así. Lo tomé de las manos y lo vi a los ojos, me reí esperando romper el silencio. Me bajo la mirada, yo podía ver toda una película corriendo en el fondo de su mirada, algo de preocupación, bastante represión. Se contuvo, yo no hice nada.
miércoles, 20 de agosto de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario